"pel cor es coneix la veritat, en el cor reposa la veritat"

"pel cor es coneix la veritat, al cor reposa la veritat"
... diu Raimon Panikkar al proleg dels Upanisads
(Escrits del coneixement sagrat de l'Índia)

lunes, 18 de noviembre de 2013

BEHOBIA vs. GARRAF, o GARRAF vs. BEHOBIA

Si uno quisiera hacer una comparativa entre dos carreras radicalmente diferentes, casi opuestas, serían un buen par de ejemplos:
La Behobia/San Sebastián y la Marxa del Garraf. Ambas tienen cosas muy importantes en común, aunque a simple vista no las apreciemos.

Una, un clásico del asfalto, a punto de llegar a las 50 ediciones, la carrera de mayor ambiente y una de las "medias" más populares del país. Una carrera casi siempre lluviosa que transforma una ciudad de 200.000 habitantes.

La otra, una Marxa (ni siquiera es carrera "oficialmente", ni da premios por ser rápido), que alcanzará el próximo año 20 ediciones y que es pequeña (1.500 atletas entre las dos distancias), pasa desapercibida y sólo la conocen quienes la han vivido.

Pero ambas estaban "repletas" de CORs, que luchaban, cada uno con lo suyo, con la lluvia o con el viento, contra esas rampas asfaltadas o con la más dura de las subidas a la Morella... nadie se libró del sufrimiento, de la lucha, de algún momento de bajón, pero las fotos atestiguan que todo lo que hicimos el pasado domingo 10 de Noviembre valió la pena, y sobre todo, ha valido la pena todo lo que hemos hecho hasta llegar a nuestras citas de ayer.

BEHOBIA / SAN SEBASTIÁN

Lo dice la narración de "esos locos que corren" (Nuestro "video de cabecera")
Viajar 600 kilómetros para correr 20.
Cuando corres la Behobia entiendes que tu locura está totalmente justificada.


El que ha corrido la Behobia alguna vez, sabe que después de vivirla ninguna carrera en nuestras proximidades le permite vivir algo igual.
No es una carrera fácil, no es la adecuada para correr por primera vez 20km.
Pero si ya has hecho alguna mitja vale la pena ir a San Sebastián a vivirla. ¡Además está San Sebastián!!

Este fin de semana éramos unos cuantos allí.
Y casi con seguridad que el COR se organizará para viajar en grupo el año próximo y correr la 50ª Behobia/SS.
Además la UME nos va a ayudar para no tener que elegir entre correr la B/SS o la Marxa del Garraf... (Es una petición cariñosa Oriol)

20 kilómetros que unen Behobia y San Sebastián en una carrera llena de toboganes con un par de subidas como Gaintxurizketa y Miracruz en las que lo más espectacular tiene lugar fuera de la carrera.
Las calles se llenan de gente para aplaudir, animar y gritar continuamente.
Aupas, txapeldun y txapelduna, venga chavales!!
Los gritos no paran a lo largo de casi todo el recorrido.
Para que alguien se haga una idea, la carrera transcurre algunos kilómetros en una autovía hasta la que la gente se acerca para animar.


Por la mañana ya te sorprende ver un tren lleno de corredores con capas, ponchos, chubasqueros, plásticos... todos listos y con la cara de los nervios previos a la carrera.
Una rotonda enorme en la que todo se llena de corredores. preparados para correr con el grupo que su dorsal marca.


Atletas en silla, patinadores, los corredores elite... y empiezan nuestras salidas.
Una pantalla enorme en la que cada 3' una cuenta atrás de 10" te recuerda que se acerca tu momento.

Muuuuuchas caras conocidas.
Este año no hemos podido organizarnos para viajar como grupo, pero había muchos grupos de amigas y amigos por allí.

La carrera sale de las calles de Behobia y empiezan ligeros sube y baja.
Ahí ya te sorprende ver el ambiente, la gente a ambos lados de la carretera y el buen rollo entre corredores.

Unos kilómetros después una curva larga y un túnel te llevan a una autovía... Empieza el Gaintxurizketa.
El nombre no lo llegas a aprender casi nunca, pero la carretera no la olvidas.
Una pendiente mantenida que ya empieza a seleccionar a los corredores en dos grupos: los que van a disfrutar la Behobia a tope y los que la van a pelear.
Como allí dicen si eres del segundo grupo, la corres con el corazón. (En nuestro caso, eso pasa en cada carrera... )

Dejas la autovía para correr en una carretera estrecha entre casas (más toboganes) que en un momento dado te llevan al puerto de Donosti.
Pasas esa zona llana (la única de la carrera junto con la llegada) y una multitud de gente a ambos lados de la carretera te recibe a los pies de Miracruz.
Si no fuese porque algunos llevan su Pintxo y pote en la mano te parece que estás en un puerto del Tour de Francia.

Desde ahí a la meta ya no dejas de ver y escuchar el cariño de esa gente que intenta leer el nombre en tu dorsal para gritarte "Aupa"
Los últimos kilómetros, por momentos ríes, lloras, envidias un ambiente que ya no vas a ver el resto del año y aprietas los dientes para llegar fresco a la recta de meta. Algo más de dos kilómetros (que parecen tres) con viento en contra y la playa de la Concha a tu derecha.


Cuando llegas aún no lo sabes... pero después, te das cuenta: ¡La Behobia/San Sebastián es única!



MARXA DEL GARRAF

La previa de la Marxa no fue todo lo glamurosa que otras carreras. Eso no quiere decir que no hubiera sonrisas, que no nos encontráramos en la Rambla de Gavà... ni que nos olvidáramos de alguna foto para no ser menos que los Behobianos:



No es nuevo decir que empezamos la Marxa con ilusión. Con bromas. Con yo voy contigo, con tú qué quieres hacer, con o te espabilas o no te dejaré donuts, con ya verás como Benito aparece a última hora (lo hizo, pero para salir como una exhalación)... Nadie notó el madrugon, ni siquiera los verdaderos madrugadores de la Marxa de 45... Para muestra, un par de botones:



Si la Marxa del Garraf es, "per se", una carrera dura, el viento que soplaba la hizo más dura aún. En el Vinader y el Gall ya apuntaba maneras, pero fue tras dejar la cantera, en los últimos dos kilómetros antes de la Morella, donde soplaba de verdad y apenas te permitía correr. Lo épico no fue, sin embargo, lo que hicimos los "runners" o los marchadores, lo más épico fue lo que soportaron los voluntarios, algunos de los cuales estuvieron horas sosteniendo sus inestables "haimas", que parecía que se derrumbarían a merced del viento.



Hacer la Marxa del Garraf es una experiencia peculiar: un compañero mío del trabajo que debutó me dijo que él no estaba preparado para un terreno tan técnico (tan cabrón, si me lo permitís), sufrió de lo lindo pero llegó con una enorme sonrisa en los labios. Porque es una de esas carreras que te deja sensación de gesta, de haber completado algo que pocos están preparados para afrontar. Eso te engancha a ese espíritu heroico que no todas las pruebas ofrecen.



Otra cosa característica (además de la organización, que es buena, y los avituallamientos, que son mejores) es que, durante muchos tramos de la carrera, tienes la sensación de que sea un entrenamiento, no ves a casi nadie; creo que no nos cruzamos con más de 10 runners en los últimos 12 kms., los mismos que te cruzarías cualquier domingo por la mañana subiendo La Morella por el simple placer de entrenar...



Pero lo mejor es que corres en casa, en tus interminables cuestas hacia la Morella, en tus pedruscos inclinados de la collada hacia la cantera, de la cruz de hierro, las enormes e interminables vistas, las bajadas de vértigo en las que te has de concentrar al 200% para no perder los dientes, la complicadísima Romana... para llegar a las barbacoas y pensar "Ya lo tengo, ya es mía!!!"
Y a pesar de la proeza, del desgaste, de la extenuación, te queda esa sonrisa casi beatífica de haber cumplido... no la voy a describir, os la mostraré... ¿qué mejor prueba de lo que vivimos?

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