"pel cor es coneix la veritat, en el cor reposa la veritat"

"pel cor es coneix la veritat, al cor reposa la veritat"
... diu Raimon Panikkar al proleg dels Upanisads
(Escrits del coneixement sagrat de l'Índia)

domingo, 1 de mayo de 2016

UTBCN 2016: BARRO, SUDOR,,, Y LÁGRIMAS

A principios de esta semana nada hacía pensar que íbamos a vivir una UTBCN como la de ayer. De hecho, ni siquiera el jueves, una vez despejaba por la tarde tras haber llovido por la mañana, parecía creíble lo que iba a pasar el sábado por la mañana. Pero si algo tiene esta carrera es que lo mismo puedes freírte de calor que nadar en lluvia y barro. La UTBCN (o la primavera?) es así.

Levantarse el sábado a las 6  y ver el suelo mojado no era lo que más me apetecía, pero era lo previsto. El vienes por la noche ya había estado preparando mochila en lugar de cinturón pensando en cargar chubasquero, manta térmica y más cosas que quizá podría haber obviado en un día soleado. También me preparé calcetines de recambio, buff, guantes... Aún tenía en la mente la sensación de frío de la MTBCN de 2013 llegando a la Morella, y quería estar preparado para lo que fuera. Pero bueno, una vez asumido que la cosa iba de épica y no de record, moto y a Begues!!!! Durante el camino iba lloviendo cada vez más, pero una vez sales de casa... es para no volver hasta haber acabado la carrera.

Este año teníamos a la mayoría de nuestras estrellas en la MTBCN, sólo Iban repetía la 100 kms. para preparar Camí de Cavalls... el día que hagan una categoría Kids igual me apunto, mientras tanto los 180 kms me vienen un pelín largos!!! También teníamos a Enrique Clemos en la STBCN, junto a Carlos Fernández, y en la MTBCN (espero no dejarme a nadie) Sascha,  Sergi Núñez, Isaac, Jaime Ruiz, Francisco Javier Muñoz-Torrero, Marisol Borrella, Pere Ramon Aguiló y el menda. Casi nada!

Lo primero al llegar a Begues era recoger el dorsal y tomarse un cafelito. En el bar de siempre estaban Francisco Javier y Marisol, así que empezamos la charla y van pasando un poco los nervios. Un rato después llegan Isaac, Sergi y Sascha y siguen las bromas y los preparativos. Cuando nos queremos dar cuenta ha dejado de llover (lo había descargado todo!!!), y a la hora de salir ya me había quitado el chubasquero, esperando no tener que ponérmelo en toda la carrera.

Nada más salir me despido de Sascha, Sergi e Isaac, que sé que van a otro ritmo, y empiezo a meter un ritmo allegretto ma non troppo, sobre todo en las cuestas de inicio. Pero enseguida nos enfrentamos con la realidad del barro, un barro pegajoso consecuencia de la lluvia y del millar de corredores que ha pisoteado los senderos antes que yo. En algunos casos es realmente difícil mantener el equilibrio (imaginaos los que me conocéis, con lo patoso que soy!!!!); las piedras resbalan, el barro se te pega o también te resbala, no te atreves a saltar... imposible mantener el ritmo ni en las subidas ni en las bajadas, el desgaste en tensión y esfuerzo es tremendo. Este año en lugar del avituallamiento en la Clota, bajas el Purgatorio hasta el "sacacorchos" y subes a la Morella desde allí, eso le da más desnivel al asunto... Ni siquiera en la anchísima pista del Purgatorio se puede correr cómodamente de la cantidad de barro que hay...

A todo esto, nubes y más nubes, aunque sigue sin llover. En la última parte del ascenso a la Morella no se ve más de 10 metros alrededor. Eso también agota. Un poco antes veo a Isaac a unos diez o quince metros por delante mío, pero no le aviso porque no las tengo todas conmigo, y además poco después me doy cuenta de que llevo una zapatilla desatada y se me escapa. Culminamos la Morella en medio de una niebla espesa, barro y un agotamiento físico y mental impropio para alguien que quiere meterse 30 kms. más en el cuerpo. Por primera vez pienso en retirarme de la carrera, llevo una hora y pico y  aún no he conseguido encontrarme bien en ningún momento.

La bajada me permite recuperarme un poco y disfrutar, y aunque intento no dejarme ir del todo la verdad es que disfruto la bajada. Poco antes del avituallamiento del km. 16 me encuentro nuevamente con Isaac, vamos juntos hasta ese avituallamiento pero Isaac sale rápido, zumando, y ya no le volvería a ver en toda la carrera. Me voy manteniendo medianamente bien hasta el km 22, en el avituallamiento de antes de Plana Novella me agoto bajando por un pedregal embarrado, y el trozo de asfalto (apenas 300 metros en bajada) se me hace pasado. Empiezan a pasarme un buen número de corredores.

Sin embargo, salgo medianamente bien de la Plana Novella y voy tirando casi dignamente hasta que volvemos a las bajadas técnicas y el barro, ahí vuelvo a sufrir y lo peor está por llegar, la subida hasta la Mola, que me hizo sufrir tanto hace dos años. No tengo rampas, pero la subida hasta el siguiente avituallamiento se me hace francamente larga y camino mucho más trozo del que consigo hacer corriendo. Ahí me pasa Jaime con un aspecto fantástico, me ofrece ayuda y quedarse conmigo pero a esas alturas yo ya estoy roto, y le pido que no me espere. No para de adelantarme gente, y no soy capaz casi de correr.

El avituallamiento del km 32 es el más largo. Como, bebo (tengo una sed terrible, y eso que no paro de beber), me quito las piedras de las zapatillas y llamo a Carla. Está clarísimo que en cinco horas no llego ni de casualidad, y en cinco y media es poco probable. Pasan Francisco Javier y Marisol, también se les ve bastante bien. En ese avituallamiento vemos pasar, entre otros, del 5º al 8º de la UTBCN. Increíble

Teniendo en cuenta lo mal que iba, la subida a la Mola no se me da demasiado mal. Me fatigo en la subida pero voy siguiendo el ritmo de un par de corredores que llevo delante, pero cada esfuerzo que hago me pasa una factura cada vez mayor. En las bajadas y los llanos muchas veces no puedo ni correr, intento caminar a ritmo de "marcha montañera" pero ni por esas.

Los 6 kilómetros ente los dos últimos avituallamientos se me hacen eternos, a pesar de que el terreno empieza a ser muy cómodo. Y los cinco últimos hasta meta, una agonía, parecemos una manifestación de zombies que caminan, corren, arrastran una piernan, apenas doblan una rodilla... El kilómetro más rápido de los últimos 8 lo consigo hacer a 7 minutos en llano-bajada, eso lo dice todo. Pero al fin consigo llegar a Begues, y los últimos 200 metros con Enric y Miquel se me llenan los ojos de lágrimas. Al final 6 horas y 7 minutos de sufrimiento, más de cincuenta mil pasos, cerca de 43 kilómetros, más de 1.500 metros de desnivel positivo, un porrón de calorías, las zapas, calcetines y compresores llenos de barro, litros de sudor, un montón de rampas y una sensación agridulce y de derrota que aún hoy conservo.Soy lento de reflejos, pero aún no veo nada positivo de todo esto... prometo seguir buscando y lo encontraré!!!


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