"pel cor es coneix la veritat, en el cor reposa la veritat"

"pel cor es coneix la veritat, al cor reposa la veritat"
... diu Raimon Panikkar al proleg dels Upanisads
(Escrits del coneixement sagrat de l'Índia)

lunes, 23 de febrero de 2015

ZURICH MARATÓN DE SEVILLA 2015


Si en esta entrada hiciera una mera crónica de la Maratón de Sevilla sería un traidor, un idiota y un egoísta. Traidor por defraudar el espíritu de "construyendo Sevilla". Idiota por negar la evidencia de que este fin de semana hemos algo hecho algo más que correr una maratón, Y egoísta por no compartirlo.

La cosa empezó hace bastantes meses, no sé si dejando caer la palabra "Sevilla" o aderezándola con un "no hay huevos" (frase que es la causa de casi todos los males de este mundo); la cosa fue cuajando y el "no hay huevos" se convirtió en un "me he inscrito", y de ahí a las reservas sólo había un paso... al principio éramos Edu, Javi, Tono y yo, y como instigador de esta pequeña locura me sentí especialmente mal al lesionarme y ver que se alejaba Sevilla habiendo embarcado a los otros tres. Así que la felicidad que sentí al comprar los billetes de avión sólo tres semanas antes de la Maratón, ni os la explico...

Cuando llegué el sábado al mediodía a Sevilla y me encontré al trío con una auténtica sobredosis de endorfinas tras haber visto la película de Martín Fiz con figuras como el propio Martín, Abel Antón y Joseba Beloki, me quedé flipado: por suerte, con los macarrones, las olivas y la persecución de la del coche pulesuelos del Mercadona me empecé a poner al nivel... y ahí llegó el diálogo entre el Uan (nuestro taxista) y el Ezú (el del otro lado del walkie), la vigen del cobre... y de ahí p'alante, creo que no paramos de reír. A Edu le bautizamos como Grimalesselassie, el "etíope desteñío"... y nuestra dieta del día antes tuvo cerveza, cazón en adobo, patatas con ali-oli...y sobre todo, muchas risas, un buen rollo espectacular... y bromas y apuestas sobre el resultado de la carrera. Nos fuimos a dormir prontito (sábado noche y a las once yo era el primero en roncar... he de reconocerlo!!!)...



Y el domingo nos levantamos, obviamente, cargados de buen humor a las cinco y media, con la canción de Triana a toda castaña (no salió la agüela del visillo por los pelos!!!), los geles, las cremitas para evitar dolores... y hacia la salida!!! Excepto algún momento de "recogimiento" previo al inicio de la carrera, seguimos con el cachondeo, aunque poco a poco, mirando fijamente, se veía la concentración de cada uno en los ojos, que miraban cada vez más hacia adentro; se acercaba el momento de la salida y nos íbamos mentalizando de nuestro ritmo, nuestras posibilidades, nuestros retos... y se hizo algún silencio de esos casi religiosos que preceden a la salida de una gran cita.



Las cuatro horas de la maratón ha sido el único rato que he estado "separado" de mis compañeros. Ha sido una maratón reñida, en la que conseguí recortarle segundo a segundo a la liebre de 3 h 45' la distancia que me llevaba en la salida y rebasarla en el km. 19, sabiendo que seguramente acabaría adelantarme, como así fue hacia el kilómetro 36, cuando estaba en mi primer muro. Me encontré dos, uno en el 34 (que duró ese kilómetro y el siguiente) y otro en el 39 (que me duró hasta meta), pero hasta entonces, aunque sabía que iba a sufrir, mantuve el ritmo controladísimo entre 5'05" y 5'20", y eso que fui solo desde los primeros 100 m. No podía ser de otro modo porque era el que menos había "estudiado" para el examen, y el maratón en eso es inexorable: difícilmente vas a conseguir algo por encima del entrenamiento que hayas hecho. En un 10 km puedes tener un buen día, en el maratón el peor muro es el de las falsas expectativas...

Mi tiempo, siendo el peor de los cuatro, no estuvo nada mal, un 3 h 49' que me deja bastante buen sabor de boca. Tono me sacó 9 ó 10 minutos, Javi más de 15 y Edu... Grimalesselassie paró el crono en 3 h 22', una pasada!!!! Cuando llegué a meta (27 minutos más tarde) seguía emocionado, y no es para menos; pero no fue el único triunfador, creo que esta maratón la ganamos los cuatro, del primero al último. Así lo siento.




Luego, medalla al cuello, deshicimos los últimos 6 kilómetros de la maratón... pero de bar en bar, con el "cashondeíto" de la medalla (nos aplaudían los japoneses, siempre tan majos ellos...), las tapitas, la cervecita... vamos, el premio merecido, ni más ni menos!!! Hablar del cielo y del infierno, de lo poco que disfrutamos a veces de lo que tenemos... y reírnos, una y otra vez, recordando a Uan y a Ezú, o cualquiera de las bromas del fin de semana...



Tengo que decir, porque es de justicia, que la de Sevilla es una gran Maratón; mucho más plana que la de Barcelona (298 m. de desnivel positivo vs. 121 m. la andaluza), con buena organización (incluyendo la comida gratuita del sábado, el cortavientos New Balance, avituallamientos cada 3 kilómetros), buen recorrido (con sus luces y sus sombras, pero con 7 kilómetros del 33 al 40 espectaculares), mejor ambiente... si las de Madrid y Barcelona no espabilan, sin duda la maratón de Sevilla les va a hacer "pupa"... Las mejoras: hay quien critica que en los avituallamientos den vasos de agua en lugar de botellas, pero con uno cada 3 kms., no lo eché en falta; y el estadio de la Cartuja es cómodo y bien equipado para el propósito, pero un poco lejos de todo... A favor, y hagan lo que hagan los de la organización... Sevilla es Sevilla!!!



Cuando dejé Sevilla el domingo por la tarde me fui con la sensación de haber vivido mucho más que una maratón, y con la certeza de llevarme mucho más que un dolor de piernas: me llevo  mi medalla, una experiencia deportiva espectacular, pero sobre todo... me llevo el recuerdo de muchas risas, kilos buen rollo y los abrazos de tres tiparracos increíbles a los que me siento muy, pero que muy unido... lo de Sevilla no se borra ni queriendo!!!

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