"pel cor es coneix la veritat, en el cor reposa la veritat"
"pel cor es coneix la veritat, al cor reposa la veritat"
... diu Raimon Panikkar al proleg dels Upanisads
(Escrits del coneixement sagrat de l'Índia)
lunes, 25 de julio de 2016
CURSA NOCTURNA SOLIDARIA LA GRANADA
¿Qué le lleva a uno a hacer 40 kilómetros en coche para hacer una carrera de 6,7 kms de la que nunca ha oído hablar? Pues no sé si es locura, ganas de probar cosas nuevas, que me gusta el Alt Penedés con sus viñedos o que, simplemente, la carrera tenía buena pinta.
¿Qué me llamó la atención? Pues la propia descripción de la cursa: noctura, solidaria, por el campo y de 7 kms. A estas alturas del verano estoy para kilometrajes cortos, el paisaje del Penedés con sus viñedos me gusta y creía que podría enrolar a Carla conmigo, eso multiplicaría la recompensa. He de decir que una vez cerrado el tema logístico se animó en seguida, era de prever. Así que nos pusimos el dorsal juntos otra vez...
Antes de inscribirnos eché un vistazo largo a la web: hay cursa de 7 kms., caminada de 7 kms. y cursa de 15 kms. A pesar de ello, entre las dos carreras menos de 200 finishers el año pasado, de todos los niveles a juzgar por los tiempos que veo y el desnivel de los perfiles (menos de 100 m positivos en la corta).
El precio también es un argumento a favor, sobre todo teniendo en cuenta que además de solidaria ofrece bastantes cosas; por 12 € tienes camiseta, caldo Aneto, guardarropa, duchas, masajes y un avituallamiento en meta que sirve de cena: agua, Coca-Cola, aquarius, café, vino del Penedés en porrón (el rosado fresquito entraba solo!!!!), sandía, melón y bocadillo de butifarra... Además de cariño, gente simpática, un sinfín de voluntarios, una señalización excelente con tiza y cinta reflectante... Si tuviera que poner una pega sería que no había chip y el cronometraje era manual, pero en una carrera como esta lo he echado muy poco en falta, la verdad.
¿Y el recorrido? Pues a la altura del resto de la carrera. Chulo, muy chulo y bastante "pistero" en general, suave de desnivel y plagado de viñedos: los dos primeros kilómetros yendo en dirección hacia donde se pone el sol, con un cielo rojo espectacular, era para pararse y hacer fotos. Durante ese primer trozo, entre algo de claridad y la luz de los frontales ajenos, no encendimos los nuestros. Más adelante, pasado el km. 3, la pendiente se hace más patente, pero sin llegar a ser extenuante, y hacia el 4 entras en un sendero estrecho, una bajada técnica (con muchas raíces), una rampa muy pronunciada de 100 metros y de ahí hasta la meta, nuevamente pista. Nos cruzamos durante un par de kilómetros con los marchadores que subían (antes habíamos visto bajar a los "flechas" que ganaron) y que nos iban dando ánimos, y los últimos 300 metros, ya en asfalto y en bajada... ¡qué os voy a decir!
Y más cosas de esas que pasan en las carreras "pequeñitas": la gente es amable, aparcas a menos de cien metros de la meta, nadie te empuja, no hay colas para hacer nada (excepto los masajes, pero la cola no era de más de cuatro o cinco personas)... Otra historia bien diferente!
Hace unos años me encantó la Trail de Les Cabanyes, ahora he de deciros que también me ha encantado esta, justo en el pueblo de al lado... Totalmente recomendable si mantienen el espíritu que vivimos el sábado por la noche.
No os voy a decir lo muchísimo que disfruté con Carla en esta carrera porque los que tenéis ocasiones contadas para hacer deporte con vuestras parejas ya sabéis de qué hablo. Os lo diré en dos palabras (je, je): im-presionante.
Os dejo una especie de resumen de la carrera, por si os sirve:
FICHA TÉCNICA
Lugar: La Granada (junto a Vilafranca del Penedés), Barcelona
Fecha: 26/7/2016
Hora: 21:45
Distancia: 6,7 y 14,4 kms. También caminada 6,7 kms.
Tipo de carrera: Trail nocturno
Número de finishers: menos de 200 corredores entre las dos distancias
Solidaria: sí (Cáritas)
Desnivel positivo: 79 m
Recorrido: pista 80%, corriol 10%, asfalto 10% (aprox.)
Precio: 12 € (15 € inscripciones el mismo día)
Valoración: MUY POSITIVA
martes, 19 de julio de 2016
LA P.T., POR MARIJE
¿La PT? ¿Qué significa PT? PT en lenguaje turbo deportivo significa Personal Trainer. PT en lenguaje de día a día tiene muchos otros significados más, que intentare explicar aquí.
Personal Trainer
Es aquella persona de confianza que te prepara el esquema de los entrenamientos, semana por semana o mes por mes. La persona que, para conocerte, te invita a un cafetito en un lugar agradable y te entrevista, para saber cuál es el objetivo, y cuál es tu práctica deportiva y cuales tus hábitos personales (familia, comer, dormir, trabajar) hasta este momento.
El equipo
Cuando os hablo de nosotras, os hablo de mi inseparable amiga y compañera deportista. La que lo lía, la que busca carreras por debajo de las piedras, la que tiene una idea y me la propone a ver si caigo y me dejo llevar. Y también te hablo de nuestra pieza imprescindible, la PT, la Personal Trainer. La que lo lía un poco más, al preparar todos los entrenamientos.
El objetivo
Nuestra PT es una persona objetiva y realista. No todo lo que le proponemos le parece bien. Es crítica en los momentos que lo tiene que ser. Este año le preguntamos si le parecía bien que nos apuntamos a La Vuelta al Aneto (el Aneto a partir de ahora). Esa pregunta se la hicimos en el mes de enero 2016, cuando aún quedaban 6 meses por preparar la carrera. La respuesta fue: ¡SI! Desde este momento empezamos con la preparación. Iba a ser un medio año lleno de momentos inolvidables.
La PT y sus esquemas
Hay diferentes formas de una PT para preparar a sus alumnos. Nosotras desde hace años hemos trabajado con nuestra PT de una forma muy cómoda y (para nosotras) practica. Al principio del mes, nos manda un esquema con los entrenamientos. Ella, en esta forma de entrenar, no nos acompaña personalmente en todos los entrenamientos. Evaluamos cada semana, informándole de las sensaciones, y ella ajusta el esquema si las sensaciones lo piden. Los cafés de evaluación forman ya parte de nuestra vida “deportista” desde el principio. Son momentos claves para expresar nuestras dudas y pedir información sobre los entrenamientos.
La Vuelta al Aneto
El reto de este año se llama el Aneto. Como ya dicho, hay un componente del equipo que es experta en buscar carreras. Un día me llamo, y me dice: ¿nos apuntamos al Aneto? Hay que decir que yo al principio tenía mis dudas. Carrera de alta montaña, en julio, mucho desnivel positivo (mi punto débil). Además sabía que durante mucho tiempo, mi tiempo libre, mi vida familiar y mi vida social iban a girar alrededor de la carrera y su preparación. No obstante le dije que sí, y al poco tiempo se lo contamos a la PT.
Mes tras mes, nos manda los esquemas. Mes tras mes, se interesa que sensaciones tenemos. Mes tras mes, se preocupa por cómo estamos, no solo a nivel físico, pero también a nivel mental. Mes tras mes, nos da consejos y nos resuelve nuestras dudas. Mes tras mes, nos anima en los momentos más difíciles y cuando tenemos un bajón. Mes tras mes, nos levantamos y nos vamos a dormir con unas palabras de ella en el chat. Mes tras mes, ella nos dedica cada mes más tiempo. Un vínculo imprescindible, un vínculo de plena confianza, un vínculo de amistad.
Yo podría explicar muchas más cosas de nuestra PT. Nuestra PT sencillamente es una persona humilde y profesional, una persona que sabe estar, una persona con una gran experiencia. Solamente he querido dedicar unas palabras a ella y decirle: ¡GRACIAS!!!
lunes, 9 de mayo de 2016
NO ERA PARA MÍ... MARATÓ DE MONTSERRAT 2016 (by Marije)
Hace meses que nos habíamos
inscrito a la carrera, creo que fue en enero. Después de mirar fechas en el
calendario, para que pudiéramos coincidir, elegimos esta carrera. Tenía que ser
una de más de 42 km y más de 2000 metros de desnivel positivo, y la carrera
elegida por nosotras fue: LA MARATO DE MONTSERRAT 2016, EL DIA 8 DE MAYO.
Mas allá de la distancia y el
desnivel no habíamos mirado cuando nos inscribimos, hasta hace mas o menos unas
5 semanas antes de la carrera. Al leer toda la información en la página web,
nos dimos cuenta que la carrera tenía unos cortes, para ser exacto tenía 6 en
total. Yo personalmente casi me caí de mi silla al ver los cortes y empecé a
calcular y estudiar la carrera con una intensidad que no era normal en mí. Para
poder correr nuestro objetivo de este año, La Vuelta al Aneto, cada corredor
tiene que acreditar una carrera (del 2016, 2015 y 2014) de más de 42 km y más
de 2000 de desnivel positivo. Yo podía acreditar dos carreras del 2014, pero
Silvia no lo podía, y tenía que terminar la Marato de Montserrat si o si.
Lo mas que se acercaba el día
de la carrera, mas nerviosa me puse solo pensando en los cortes. Me conozco muy
bien, como corredora, y sé que las subidas no son mi punto mas fuerte, y que
necesito tiempo para entrar en un modo cómodo de correr/caminar y afrontar la
carrera. Silvia es contraria a mi, ella empieza, arranca bien y sube con mucha
mas facilidad que yo. Hablamos, intercambiamos whatsapps, emails, hablamos otra
vez, y decidimos mutuamente que esta carrera la haremos solas, en vez de
hacerla juntas y correr el riesgo que yo la ralentizaba demasiado a Silvia y
que ella no llegara bien a los cortes. Ella a su bola y yo también……
El día anterior a la carrera
las chicas, Elena, Silvia y yo, nos ponemos de acuerdo en que color pintar las
uñas. Sera un rojo vivo, para alegrar el día de la carrera. Porque vaya día que
nos espera…. Previsión de lluvia, por lo cual nos preparamos la mochila de la
carrera, con al menos un chubasquero y todo en bolsitas de plástico.
Domingo, 8 de mayo, las 4:30,
me despierto, pero no por el despertador, pero de los nervios. Jolin, me queda
media hora para dormir, pero me resulta imposible coger el sueño otra vez. Me
levanto y empiezo a prepararme para la carrera. A las 6 recojo a Elena y Silvia
y vamos de camino a Collbato. Al acercarnos con el coche vemos a la montaña
mágica envuelta en unas nubes que nos avisan ya de las condiciones
meteorológicas que nos vamos a encontrar. No sé qué pensar. No sé cómo será la
carrera. Los días de una carrera siempre estoy contenta, tengo ganas de
hacerla, y tengo los nervios a tope. Hoy es distinto. Tono llego unos 5 minutos
mas tarde al parking que nosotras, y ya estamos los cuatro del COR completo.
Después de recoger el dorsal, tomar un cafetito e ir al lavabo nos dirigimos a
la salida.
Una vez en la salida, me
olvido de las tácticas que habíamos hablado unos días antes, la táctica de
colocarnos delante en el cajón de salida (que nunca hago), la táctica de no parar
en los primeros dos o tres avituallamientos porque llevo todo el agua y la
comida en mi mochila. Los nervios me tienen en un estado que no se ni como
describirlo. Voy a dar todo, voy a saco y tendré que arrancar mas rápido de lo
normal, lo cual me va a costar mucho. Si no hago eso, no llegare ni al primer
corte de las 09:30. La salida es a las 8 en punto, y salimos disparados.
Cogemos un ritmo alto al salir, lo cual me tiene con la lengua fuera ya desde
el principio. Veo a Silvia que me mira de vez en cuando, y pienso: no nos vamos
a ver mucho en esta carrera. Y efectivamente fue así. Acabo de unos 20-25
minutos de salir, le indico con la mano que siga su ritmo y que no me espere.
Me mira con una cara preocupada, le digo que estoy bien y que tire.
Se fue…. mi compañera y amiga
de entrenos y carreras, se fue… Sola… En búsqueda de llegar a tiempo a la meta
para poder acreditar la carrera para nuestro objetivo final de este año. La vi
subir y subir, con su paso alegre y ligero, mientras yo luchaba ya contra mí
misma. Luchaba contra la salida disparada, contra la subida, contra la lluvia,
y sobre todo contra la hora y media que tenía para llegar al Monasterio de
Montserrat. Al subir al Pla de Sant Miquel, me paso una infinidad de veces por
la cabeza que no iba a llegar al corte, y mentalmente no me ayudó mucho este
pensamiento. Sabía que iba como una de las ultimas en la carrera, lo cual no me
importaba. Lo que era importante era llegar al corte, y después al siguiente.
En el Pla de Sant Miquel había
un avituallamiento, lo cual pase sin parar y empezaba la bajada al Monasterio,
como suelo hacer en bajadas, con un paso acelerado y disfrutándola. Llegué al
Monasterio, y no vi a nadie de la organización. ¿Dónde esta el corte, quien
controla la hora? No había cartel, al menos no la vi. Sin parar empece a subir
las 1200 escalas que me guiaron hasta lo más alto de Montserrat el pico de Sant
Jeroni. Seguía lloviendo y me puse el chubasquero de mi marido. Así lo tenía
cerca de mí, mi marido y mi hija, mis apoyos morales e incondicionales, que me
habían dicho de esperarme en la meta en Collbato. Llevaba un rato subiendo las
escaleras al escuchar otro corredor detrás de mí. Le dije que, si quisiera
adelantar, que le dejaría pasar sin problemas, y la respuesta sorpresa fue: soy
la escoba….
Yo y la escoba … un rato
amable de correr con una persona desconocida que me iba animando que llegaría a
tiempo al siguiente corte. Que persona mas maja, y que bien me fue tener a
alguien con quien poder hablar un ratito. Llegue a la ermita de sant jeroni, y
allí empezaba la última subida antes de llegar al segundo corte. Y que sorpresa
encontrarme a Elena y Tono, bajando de Sant Jeroni, cuando yo subí. Nos
chocamos las manos, deseándonos suerte y seguimos nuestros caminos. El punto más
alto de la montaña mágica, Sant Jeroni, estaba escondido entre las nubes. Hacia
viento y la lluvia no paraba. Subir subir subir, dar la vuelta y bajar bajar
bajar.
Según mi reloj, me quedaban
unos minutos antes de llegar al segundo corte, y así fue, me quedaban 5 minutos
otra vez, antes del cierre del corte. El voluntario me dijo que iba muy justo y
me preguntaba si quería seguir. ¡SI, quería seguir!!! Quería intentar apretar
en las bajadas para acercarme un poco a Silvia, aunque era casi imposible. Quería
terminar la carrera, quería de todo, menos parar en este momento. Empecé una
bajada, lleno de barro, rocas resbaladizas, un corriol estrecho sin final. La
primera caída fue en una roca, me hice daño en la mano, un corte en un dedo, y
rascadas en las piernas. Me levanté y seguí. La segunda caída fue un resbalo en
el barro y me caí de culo. Me levanté y seguí. Ya no tenía ningún trocito de
ropa limpia donde limpiarme las manos, que las llevaba llenas de barro. Me
caigo otra vez, de culo otra vez, y me quedo sentada un ratito reflexionando la
situación en la cual me encuentro. Me empiezo a venir abajo, tengo frio, estoy
mojada, no me veo llegando con tiempo a los cortes. Bajo de culo, en muchas
ocasiones y me empiezo a agobiar y frustrar. En este estado de desmotivación
total llego al avituallamiento del km 15. Un avituallamiento en el medio del
bosque, lejos de un camino normal, lejos de un sitio donde esconderte para la
lluvia, lejos de todo. Allí me cruzo con dos chicos, mojados de arriba hasta
abajo, dos chicos que se convirtieron en mis amigos de la vuelta a la meta.
Allí decido que no quiero seguir así, que voy demasiado justo para los cortes.
Allí decido que abandono. Lloro en silencio, para no mostrar mi frustración al
tomar esa decisión. Allí, en el km 15, abandono…
¿Qué hago? ¿Cómo es eso de
abandonar en una carrera? ¿A quién se lo tengo que comunicar? Me pasan muchas
preguntas por la cabeza. Antes de buscar las respuestas, le mando un mensaje a
mi marido, para decirle que he abandonado. También mando un mensaje al chat que
tengo con Maite y Silvia y les digo emocionada que he abandonada y que nos
vemos en la meta. Maite, como en casi todas las carreras que hago, nos hacia un
seguimiento por whatsapp durante la carrera. Ella es nuestra entrenadora y
quería saber cómo nos iba la carrera. Es una pieza clave en las carreras de
larga distancia, ya que anima, aconseja y en esta carrera me confirmo que había
tomada la decisión correcta. En cuanto tengo cobertura móvil otra vez, me
llegan sus mensajes tranquilizadoras y animadoras. Una voz de conciencia, unas
decisiones sabias, unos consejos prácticos, pero sobre todo la confianza
demostrada desde el principio de la aventura que se llama La Vuelta al Aneto.
Ella estaba convencida que yo iba a llegar bien a los cortes, y yo tenía mis
dudas hasta el momento de la salida de la carrera. Me siento como si lo hubiese
decepcionado, aunque sé que ella nunca se lo tomara así.
Los voluntarios nos indican
como tenemos que volver a la meta, desde allí. Iba a ser toda una aventura.
Bajando por un torrent, siguiendo las fitas, hasta llegar a un cartelito que
indicaba el camino, y después seguir la cinta amarilla en dirección contraria.
Bajando al avituallamiento del km 29. Esa bajada es la subida del km 29 al km
31. Nos encontramos con los corredores que harán esta carrera en 5 horas o
menos. Algunos sin chubasquero, la mayoría sin palos, y todos fuertes de cabeza
y de piernas. Que admiración. Llegada al km 29 le comunico otra vez a una
voluntaria que abandono la carrera, y seguimos una pista forestal de 3 kms al
pueblo. Justo antes de llegar al pueblo, Silvia mande un mensaje, que me hace
llorar. Emocionalmente estoy hecho un desastre en este momento. Llamo a Maite,
lloro un buen rato, y hablamos de mi decisión, que es la correcta, y me da los
ánimos que necesito en este momento.
El vínculo que tengo con
Silvia va más allá de solo entrenar algunos días a la semana. Siempre hemos
dicho que nos complementamos en las carreras. Cuando una se viene abajo, la
otra le anima y seguimos el camino hacia la meta. Esta carrera era un entreno
para nuestro objetivo final de este año, La Vuelta al Aneto en julio 2016. Una
carrera que nos tiene ocupada, con gusto, mucho tiempo libre. Entrenamos de
noche, de mañana, corriendo y en bici.
La mayoría de las carreras las hacemos juntas, porque nos encontramos a
gusto corriendo juntas. El hecho de que me puse tan triste era por no saber
cómo le iba la carrera, de no poder apoyarle si se venía abajo, de no poder
disfrutar de la carrera con ella, y de no poder cruzar la meta juntas. No
dudaba en ningún momento de ella. Ella iba a conseguir llegar a tiempo a los
cortes y entrar gloriosamente en meta. Sabía que ella podría acreditar esa tan
deseada carrera para nuestro objetivo. Mi abandono le afectó a ella, a mí y a
Maite, emocionalmente, por todo lo que ya hemos pasado en los últimos meses en
nuestro camino hacia La Vuelta al Aneto.
En alguna otra carrera me
había pasado por la cabeza de abandonar, de no seguir, de tirar la toalla.
Nunca lo hice, porque siempre encontré la fuerza mental para seguir adelante,
para sacar la energía de terminar la carrera. Me considero una persona fuerte,
tanto físicamente como mentalmente, pero hay días que tanto el cuerpo como la
cabeza no dan para más. Emociones nunca antes vivido, sensaciones cuando iba
corriendo/caminando, que no conocía, lo cual me hizo reflexionar la importancia
personal de llegar o no a la meta. No pudo ser. Domingo 8 de mayo fue así. Abandone
a tiempo en una carrera. No era para mí…
domingo, 1 de mayo de 2016
UTBCN 2016: BARRO, SUDOR,,, Y LÁGRIMAS
A principios de esta semana nada hacía pensar que íbamos a vivir una UTBCN como la de ayer. De hecho, ni siquiera el jueves, una vez despejaba por la tarde tras haber llovido por la mañana, parecía creíble lo que iba a pasar el sábado por la mañana. Pero si algo tiene esta carrera es que lo mismo puedes freírte de calor que nadar en lluvia y barro. La UTBCN (o la primavera?) es así.
Levantarse el sábado a las 6 y ver el suelo mojado no era lo que más me apetecía, pero era lo previsto. El vienes por la noche ya había estado preparando mochila en lugar de cinturón pensando en cargar chubasquero, manta térmica y más cosas que quizá podría haber obviado en un día soleado. También me preparé calcetines de recambio, buff, guantes... Aún tenía en la mente la sensación de frío de la MTBCN de 2013 llegando a la Morella, y quería estar preparado para lo que fuera. Pero bueno, una vez asumido que la cosa iba de épica y no de record, moto y a Begues!!!! Durante el camino iba lloviendo cada vez más, pero una vez sales de casa... es para no volver hasta haber acabado la carrera.
Este año teníamos a la mayoría de nuestras estrellas en la MTBCN, sólo Iban repetía la 100 kms. para preparar Camí de Cavalls... el día que hagan una categoría Kids igual me apunto, mientras tanto los 180 kms me vienen un pelín largos!!! También teníamos a Enrique Clemos en la STBCN, junto a Carlos Fernández, y en la MTBCN (espero no dejarme a nadie) Sascha, Sergi Núñez, Isaac, Jaime Ruiz, Francisco Javier Muñoz-Torrero, Marisol Borrella, Pere Ramon Aguiló y el menda. Casi nada!
Lo primero al llegar a Begues era recoger el dorsal y tomarse un cafelito. En el bar de siempre estaban Francisco Javier y Marisol, así que empezamos la charla y van pasando un poco los nervios. Un rato después llegan Isaac, Sergi y Sascha y siguen las bromas y los preparativos. Cuando nos queremos dar cuenta ha dejado de llover (lo había descargado todo!!!), y a la hora de salir ya me había quitado el chubasquero, esperando no tener que ponérmelo en toda la carrera.
Nada más salir me despido de Sascha, Sergi e Isaac, que sé que van a otro ritmo, y empiezo a meter un ritmo allegretto ma non troppo, sobre todo en las cuestas de inicio. Pero enseguida nos enfrentamos con la realidad del barro, un barro pegajoso consecuencia de la lluvia y del millar de corredores que ha pisoteado los senderos antes que yo. En algunos casos es realmente difícil mantener el equilibrio (imaginaos los que me conocéis, con lo patoso que soy!!!!); las piedras resbalan, el barro se te pega o también te resbala, no te atreves a saltar... imposible mantener el ritmo ni en las subidas ni en las bajadas, el desgaste en tensión y esfuerzo es tremendo. Este año en lugar del avituallamiento en la Clota, bajas el Purgatorio hasta el "sacacorchos" y subes a la Morella desde allí, eso le da más desnivel al asunto... Ni siquiera en la anchísima pista del Purgatorio se puede correr cómodamente de la cantidad de barro que hay...
A todo esto, nubes y más nubes, aunque sigue sin llover. En la última parte del ascenso a la Morella no se ve más de 10 metros alrededor. Eso también agota. Un poco antes veo a Isaac a unos diez o quince metros por delante mío, pero no le aviso porque no las tengo todas conmigo, y además poco después me doy cuenta de que llevo una zapatilla desatada y se me escapa. Culminamos la Morella en medio de una niebla espesa, barro y un agotamiento físico y mental impropio para alguien que quiere meterse 30 kms. más en el cuerpo. Por primera vez pienso en retirarme de la carrera, llevo una hora y pico y aún no he conseguido encontrarme bien en ningún momento.
La bajada me permite recuperarme un poco y disfrutar, y aunque intento no dejarme ir del todo la verdad es que disfruto la bajada. Poco antes del avituallamiento del km. 16 me encuentro nuevamente con Isaac, vamos juntos hasta ese avituallamiento pero Isaac sale rápido, zumando, y ya no le volvería a ver en toda la carrera. Me voy manteniendo medianamente bien hasta el km 22, en el avituallamiento de antes de Plana Novella me agoto bajando por un pedregal embarrado, y el trozo de asfalto (apenas 300 metros en bajada) se me hace pasado. Empiezan a pasarme un buen número de corredores.
Sin embargo, salgo medianamente bien de la Plana Novella y voy tirando casi dignamente hasta que volvemos a las bajadas técnicas y el barro, ahí vuelvo a sufrir y lo peor está por llegar, la subida hasta la Mola, que me hizo sufrir tanto hace dos años. No tengo rampas, pero la subida hasta el siguiente avituallamiento se me hace francamente larga y camino mucho más trozo del que consigo hacer corriendo. Ahí me pasa Jaime con un aspecto fantástico, me ofrece ayuda y quedarse conmigo pero a esas alturas yo ya estoy roto, y le pido que no me espere. No para de adelantarme gente, y no soy capaz casi de correr.
El avituallamiento del km 32 es el más largo. Como, bebo (tengo una sed terrible, y eso que no paro de beber), me quito las piedras de las zapatillas y llamo a Carla. Está clarísimo que en cinco horas no llego ni de casualidad, y en cinco y media es poco probable. Pasan Francisco Javier y Marisol, también se les ve bastante bien. En ese avituallamiento vemos pasar, entre otros, del 5º al 8º de la UTBCN. Increíble
Teniendo en cuenta lo mal que iba, la subida a la Mola no se me da demasiado mal. Me fatigo en la subida pero voy siguiendo el ritmo de un par de corredores que llevo delante, pero cada esfuerzo que hago me pasa una factura cada vez mayor. En las bajadas y los llanos muchas veces no puedo ni correr, intento caminar a ritmo de "marcha montañera" pero ni por esas.
Los 6 kilómetros ente los dos últimos avituallamientos se me hacen eternos, a pesar de que el terreno empieza a ser muy cómodo. Y los cinco últimos hasta meta, una agonía, parecemos una manifestación de zombies que caminan, corren, arrastran una piernan, apenas doblan una rodilla... El kilómetro más rápido de los últimos 8 lo consigo hacer a 7 minutos en llano-bajada, eso lo dice todo. Pero al fin consigo llegar a Begues, y los últimos 200 metros con Enric y Miquel se me llenan los ojos de lágrimas. Al final 6 horas y 7 minutos de sufrimiento, más de cincuenta mil pasos, cerca de 43 kilómetros, más de 1.500 metros de desnivel positivo, un porrón de calorías, las zapas, calcetines y compresores llenos de barro, litros de sudor, un montón de rampas y una sensación agridulce y de derrota que aún hoy conservo.Soy lento de reflejos, pero aún no veo nada positivo de todo esto... prometo seguir buscando y lo encontraré!!!
Levantarse el sábado a las 6 y ver el suelo mojado no era lo que más me apetecía, pero era lo previsto. El vienes por la noche ya había estado preparando mochila en lugar de cinturón pensando en cargar chubasquero, manta térmica y más cosas que quizá podría haber obviado en un día soleado. También me preparé calcetines de recambio, buff, guantes... Aún tenía en la mente la sensación de frío de la MTBCN de 2013 llegando a la Morella, y quería estar preparado para lo que fuera. Pero bueno, una vez asumido que la cosa iba de épica y no de record, moto y a Begues!!!! Durante el camino iba lloviendo cada vez más, pero una vez sales de casa... es para no volver hasta haber acabado la carrera.
Este año teníamos a la mayoría de nuestras estrellas en la MTBCN, sólo Iban repetía la 100 kms. para preparar Camí de Cavalls... el día que hagan una categoría Kids igual me apunto, mientras tanto los 180 kms me vienen un pelín largos!!! También teníamos a Enrique Clemos en la STBCN, junto a Carlos Fernández, y en la MTBCN (espero no dejarme a nadie) Sascha, Sergi Núñez, Isaac, Jaime Ruiz, Francisco Javier Muñoz-Torrero, Marisol Borrella, Pere Ramon Aguiló y el menda. Casi nada!
Lo primero al llegar a Begues era recoger el dorsal y tomarse un cafelito. En el bar de siempre estaban Francisco Javier y Marisol, así que empezamos la charla y van pasando un poco los nervios. Un rato después llegan Isaac, Sergi y Sascha y siguen las bromas y los preparativos. Cuando nos queremos dar cuenta ha dejado de llover (lo había descargado todo!!!), y a la hora de salir ya me había quitado el chubasquero, esperando no tener que ponérmelo en toda la carrera.
Nada más salir me despido de Sascha, Sergi e Isaac, que sé que van a otro ritmo, y empiezo a meter un ritmo allegretto ma non troppo, sobre todo en las cuestas de inicio. Pero enseguida nos enfrentamos con la realidad del barro, un barro pegajoso consecuencia de la lluvia y del millar de corredores que ha pisoteado los senderos antes que yo. En algunos casos es realmente difícil mantener el equilibrio (imaginaos los que me conocéis, con lo patoso que soy!!!!); las piedras resbalan, el barro se te pega o también te resbala, no te atreves a saltar... imposible mantener el ritmo ni en las subidas ni en las bajadas, el desgaste en tensión y esfuerzo es tremendo. Este año en lugar del avituallamiento en la Clota, bajas el Purgatorio hasta el "sacacorchos" y subes a la Morella desde allí, eso le da más desnivel al asunto... Ni siquiera en la anchísima pista del Purgatorio se puede correr cómodamente de la cantidad de barro que hay...
A todo esto, nubes y más nubes, aunque sigue sin llover. En la última parte del ascenso a la Morella no se ve más de 10 metros alrededor. Eso también agota. Un poco antes veo a Isaac a unos diez o quince metros por delante mío, pero no le aviso porque no las tengo todas conmigo, y además poco después me doy cuenta de que llevo una zapatilla desatada y se me escapa. Culminamos la Morella en medio de una niebla espesa, barro y un agotamiento físico y mental impropio para alguien que quiere meterse 30 kms. más en el cuerpo. Por primera vez pienso en retirarme de la carrera, llevo una hora y pico y aún no he conseguido encontrarme bien en ningún momento.
La bajada me permite recuperarme un poco y disfrutar, y aunque intento no dejarme ir del todo la verdad es que disfruto la bajada. Poco antes del avituallamiento del km. 16 me encuentro nuevamente con Isaac, vamos juntos hasta ese avituallamiento pero Isaac sale rápido, zumando, y ya no le volvería a ver en toda la carrera. Me voy manteniendo medianamente bien hasta el km 22, en el avituallamiento de antes de Plana Novella me agoto bajando por un pedregal embarrado, y el trozo de asfalto (apenas 300 metros en bajada) se me hace pasado. Empiezan a pasarme un buen número de corredores.
Sin embargo, salgo medianamente bien de la Plana Novella y voy tirando casi dignamente hasta que volvemos a las bajadas técnicas y el barro, ahí vuelvo a sufrir y lo peor está por llegar, la subida hasta la Mola, que me hizo sufrir tanto hace dos años. No tengo rampas, pero la subida hasta el siguiente avituallamiento se me hace francamente larga y camino mucho más trozo del que consigo hacer corriendo. Ahí me pasa Jaime con un aspecto fantástico, me ofrece ayuda y quedarse conmigo pero a esas alturas yo ya estoy roto, y le pido que no me espere. No para de adelantarme gente, y no soy capaz casi de correr.
El avituallamiento del km 32 es el más largo. Como, bebo (tengo una sed terrible, y eso que no paro de beber), me quito las piedras de las zapatillas y llamo a Carla. Está clarísimo que en cinco horas no llego ni de casualidad, y en cinco y media es poco probable. Pasan Francisco Javier y Marisol, también se les ve bastante bien. En ese avituallamiento vemos pasar, entre otros, del 5º al 8º de la UTBCN. Increíble
Teniendo en cuenta lo mal que iba, la subida a la Mola no se me da demasiado mal. Me fatigo en la subida pero voy siguiendo el ritmo de un par de corredores que llevo delante, pero cada esfuerzo que hago me pasa una factura cada vez mayor. En las bajadas y los llanos muchas veces no puedo ni correr, intento caminar a ritmo de "marcha montañera" pero ni por esas.
Los 6 kilómetros ente los dos últimos avituallamientos se me hacen eternos, a pesar de que el terreno empieza a ser muy cómodo. Y los cinco últimos hasta meta, una agonía, parecemos una manifestación de zombies que caminan, corren, arrastran una piernan, apenas doblan una rodilla... El kilómetro más rápido de los últimos 8 lo consigo hacer a 7 minutos en llano-bajada, eso lo dice todo. Pero al fin consigo llegar a Begues, y los últimos 200 metros con Enric y Miquel se me llenan los ojos de lágrimas. Al final 6 horas y 7 minutos de sufrimiento, más de cincuenta mil pasos, cerca de 43 kilómetros, más de 1.500 metros de desnivel positivo, un porrón de calorías, las zapas, calcetines y compresores llenos de barro, litros de sudor, un montón de rampas y una sensación agridulce y de derrota que aún hoy conservo.Soy lento de reflejos, pero aún no veo nada positivo de todo esto... prometo seguir buscando y lo encontraré!!!
martes, 26 de abril de 2016
CRÓNICA DE ELENA - V CURSA DE LA ROCA NEGRA
Hoy se estrena una nueva blogera, Elena, "nuestra" Elena. Os dejo con su estupenda crónica de la Cursaa de la Roca Negra, un clásico de nuestro Garraf. Seguro que os gusta!!!
V Cursa de la roca negra
Aquí va mi primera crónica de una carrera, a ver lo que
sale…
… cuando aún planeábamos los entrenos de este mes, decidí
apuntarme a esta carrera, que es cerquita de casa y se asemejaba bastante a lo
que tocaba, algo más de 20km y un poquito rompepiernas. Días antes me planteé mi objetivo: aprender a gestionarme, tratando no ser
demasiado conservadora y poniéndome un poco a prueba.
La víspera de la carrera tocaba descanso, pero si el COR va
a la montaña… en fin!! 12k de entreno de charleta
con Albert intentando frenarnos
porque ambos competíamos el domingo, espero no haberme pasado, pero como bien
me dijo Jose, me vino bien para
estirar piernas (gracias Jose y Nuria, me encantó la ruta).
Línea de meta, foto de familia de rigor, esta vez éramos 5: Adrián, Jaime, Tono, Jaime y yo, muy
bien escoltada, aunque con la baja de última hora de Pili, el resfriado esta vez pudo con ella.
Separé la cursa en 2 tramos: hasta la ermita de San Ramón,
primera subida, a un ritmo tranquilo, calentando y escuchando el cuerpo, y a partir de ahí
decidiría si puedo ponerme a prueba y forzar un poco la máquina . Y dicho y
hecho, pistoletazo de salida, primero Sergio,
detrás Jaime seguido de Adrián y, por último, Tono, aunque todos muy cerquita y al
alcance de la vista, luego cada uno fue cogiendo su ritmo y haciendo su
carrera.
Ermita de San Ramón,
sensación muy positiva de cuerpo y mente, así que me dije a mi misma: hoy es el
día! Hoy es el día de recoger el fruto de esas tardes de Collserolas, Montserrats, Morellas, Purgatorios, … Hoy es el día de
comprobar que los esfuerzos van dando los resultados deseados y reafirmarnos en
que estamos haciendo las cosas bien. Hoy es el día de disfrutar de las bajadas
y también de las subidas (nunca creí que podría disfrutar de las subidas!!). Y también
es el día de dar las gracias a mi compiCOR,
que tanto me está haciendo crecer como corredora, física y psicológicamente, porque
a veces crees más en mí que yo misma y me voy a aplicar lo que te hecho dicho
ya varias veces, la última esta misma mañana, y es que HAY QUE ‘HACERLO’ EN
LUGAR DE ‘QUERER HACERLO’
Siguiente subida, la más dura, el Tàbor, para mí ya conocida porque es parte de Ermitas, y xino xano y adelantando a corredor@s,
alcanzo la cima con Adrián, dejando
a Sergio atrás con mala carucha
(después me dijo que tenía problemas en los abductores). A partir de ahí, una
series de ‘pujadetas’ un poco
rompepiernas y unas trialeras preciosas por mi querido Garraf (esta ruta hay
que repetirla, me digo a mí misma).
Llegada al pueblo y me vengo arriba, el garmin pita ya el km
24, que son 400m?? Pero la meta no llega y quizás me he precipitado, un último
esfuerzo, ya veo la meta y a Jaime
tras ella esperando, ¡¡gracias por estar ahí!! Mensaje de rigor a mi hermana: finisher,
durilla pero preciosa. Su respuesta: dura y preciosa no pueden ir juntas en la
misma frase… yo creo que sí!
La organización de esta carrera ha sido de 10, todo muy bien
señalizado y los voluntarios no pararon de animar un sólo segundo. Si tengo que
poner un pero es que al recoger la camiseta no quedaban talla de chica, salvo
tres talla L, y detrás de mí aún quedaban por llegar muchas chicas. Y digo yo
que para qué me preguntan la talla en la inscripción? Si hacen bolsas
finishers, por qué no hacerlas con número de dorsal y cada uno con la camiseta
que ha pedido?? Aunque después de todo, tengo que pedir perdón a la chica que
me dio la bolsa y se llevó mi rapapolvo, porque va a ser que la talla L no me
va tan mal!!
Así que, talla L puesta, chancletas y a remojar los pies en la playa con cervecita en mano, qué mejor recuperador!!!!!
Así que, talla L puesta, chancletas y a remojar los pies en la playa con cervecita en mano, qué mejor recuperador!!!!!
24horas después de la carrera aquí estoy rememorando la
carrera, con una sonrisa en la cara de los deberes bien hechos y con las
piernas prácticamente perfectas… mi mente visualizando la próxima, que ésa sí será
otro cantar…
Next Stop: Montserrat
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